Cientos de hombres ultraortodoxos israelíes se manifestaron hoy por segundo día consecutivo contra la decisión de una corte -finalmente revertida por el Tribunal Supremo-, de realizar una autopsia a un niño de cuatro años fallecido este domingo en Jerusalén.

Los manifestantes cortaron calles, lanzaron piedras contra la Policía y quemaron contenedores en distintas partes del país a modo de protesta contra la decisión de un juez de autorizar una autopsia al niño ante la sospecha de que había sido ahorcado por su tío, según informaron medios locales.

Estas protestas se deben a que la tradición judía religiosa se opone a realizar autopsias al considerarlas una desacralización del cuerpo del difunto, algo que suele generar polémica en casos como este.

En este caso, el Tribunal Supremo decidió aceptar el pedido de la familia de enterrar al niño sin realizarle una autopsia. Esta decisión se ajusta a casos similares anteriores, aunque se han registrado excepciones en los que la corte rechazó pedidos familiares para priorizar la investigación.

Durante las protestas, que tuvieron lugar en las calles de ciudades ultraortodoxas como Bnei Brak o algunos de los barrios más religiosos de Jerusalén, al menos cinco personas fueron detenidas, informó un portavoz policial israelí.

Además, algunos importantes rabinos pertenecientes a esta comunidad rechazaron fervientemente la posibilidad de una autopsia e incentivaron a los manifestantes a salir a las calles hasta que se revirtiera la decisión.

Según precisó el digital Times of Israel, el tío de la víctima, de 27 años y también ultraortodoxo, permanece detenido. 

EFE